Y Llegó Diciembre

Marco Ruíz
Consultor Político Empresarial

Y llegó diciembre, un mes que antes era el resumen de un año vivido, un tiempo de balance, de mirar el camino recorrido, de logros y metas alcanzadas, eso sí, con las dificultades y sinsabores que la vida también trae. Al fin y al cabo, esto es la tierra y tiene mucho de bueno y malo, de risas y lágrimas.

Pero este 2020 ha sido tan dolorosamente diferente, pienso en el título de una película… El Año Que Vivimos Todos Los Peligros, y siento que este 2020 merece ese título.

Peligros de siempre como la forma como vive el país, ahogado en la corrupción, encharcado en la turbidez del negociado con fondos públicos, viendo como el corrupto exhibe con impudicia los objetos de su «éxito». Pasa en todo lugar, el mundo está así aducen muchos, roba, pero hace obra parece ser el primer mandamiento del delito, y vivimos vencidos y derrotados por la miseria moral y la angurria de la «autoridad», el «funcionario» y el «político».

Peligros súbitos como lo vivido en el apenas ido noviembre, una forma y fondo de hacer política que se saldó con mucha gente, sustantivamente jóvenes, en las calles. Tres «presidentes» en menos de una semana nos regresó a los momentos turbios del siglo XIX cuando cualquier aventurero podía sentarse en el sillón presidencial siquiera por algunas horas. Y la situación turbulenta sigue, la tormenta no ha analizado, el peligro sigue ahí al acecho, por acción o por omisión. Ello nos invita a ser CIUDADANOS de verdad, con un compromiso militante por el bienestar común y la justicia social para los menos favorecidos. Que el Perú no se pierda por la inacción de los peruanos reclamaba Basadre 70 años atrás, y el tiempo pasa, pero los problemas no como podrás notar.

Y hay peligros que nos hemos ganado a puro mérito como comunidad, como sociedad, como mundo. La pandemia del COVID 19 puso en entredicho la forma como vivimos, y cada cosa que descubrimos con el confinamiento. Descubrimos que nuestras ciudades tenían cielos azules cuando se detuvo la contaminación de fábricas y vehículos. Los ríos recuperaron su transparencia. Descubrimos hechos y matices de nosotros cuando la convivencia en el hogar se volvió una realidad de 24 horas al día. Afloraron cosas buenas y malas en esas circunstancias, y el miedo al contagio del virus trocó en miedo a la salud mental y emocional desbocada y convertida en depresión o ansiedad. La precariedad y la incertidumbre se volvieron hechos cotidianos, al frente surgió una actitud que probó nuestra humanidad, la empatía, no la perdamos, aprendamos a vivir, no con ella, sino en ella. Empatía, solidaridad, otredad, militando en ello mitigaremos los desbastadores efectos de la pandemia en nuestra actitud y conducta, sobre todo.

Y el diciembre que empieza hoy viene con una imagen singular. Tanto el calendario como su imagen de mes navideño están por llenar de hechos y colores. Ahora depende de cada uno como llena cada día de este mes, que color le pone. Para superar la grisura de estos tiempos. ¡Vamos! No perdamos el ánimo, nos merecemos mucho de lo mejor y hagamos un diciembre diferente pensando en el bienestar común.

En el derecho que todos tenemos de vivir con dignidad en esta tierra.

Bienvenido Diciembre, contigo, con tus sueños y tu decisión.